Cuenta
una leyenda laboral que un señor se compró un carro, todas las noches iba a
comprar helado para su familia. Se dio cuenta de algo extraño, su carro no se
prendía si compraba helado de vainilla. Tras varios intentos, escribió a GM y
les contó esto, varios empleados se rieron de la carta, la tomaron como un
chiste. Un día riéndose del caso los escucha el gerente, decide contactar al
señor...
El señor
fue enfático, era verdad! Manda a un mecánico, van a comprar helado, primero
chocolate, todo bien. Se van a dar una vuelta, ahora vainilla... no se prende
el carro! Resulta que el helado de vainilla estaba cerca de la puerta, compraba
y salía rápido y el carro no se enfriaba, por ende, no se prendía. Los otros
helados tomaban más tiempo comprar. Esta queja, que fue vista como chiste
cambió la línea de producción de los Pontiac, era un error que nadie había
detectado hasta ese momento.
Nunca
hagan de menos una queja, es un cliente que está afectado y se los comunica
porque necesita ver mejoras, no por hacerles daño! A gestionar a nuestros
valiosos inconformes!
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