¿Es Cero Accidentes una Meta?
El
20 de abril de 2010 la Plataforma que perforaba el pozo de petróleo “Macondo”
otorgado a BP y cuya prospección subcontrató a la firma suiza Deepwater
Horizon, explotó y se hundió, muriendo 11 personas y derramando unos 5 millones
de barriles de petróleo a las aguas del Golfo de México.
El
vertido de crudo en el Golfo de México provocado por la explosión de la
plataforma Deepwater Horizon ha sido, hasta la fecha, el mayor de la historia
de entre los acaecidos accidentalmente,
ya que sus cifras solo se ven superadas por el masivo vertido voluntario
perpetrado por el régimen de Saddam Hussein durante la primera guerra del
Golfo. Recientemente vimos la película “Horizonte Profundo”- “Deepwater Horizon”
sobre esta catástrofe.
La
plataforma Deepwater Horizont de BP había operado durante 7 años consecutivos
sin accidente o derrame ambiental mayor. Eran 7 años de "seguridad por
accidente". El 20 de abril de 2010 la suerte la abandonó.
Muchas empresas
trabajan así porque miden sólo los accidentes incapacitantes y no monitorean
los casi accidentes ni las acciones proactivas que realizan para mantener una
cultura de Seguridad, salud y Ambiente en el trabajo. Entendemos por cultura: Lo que decimos, lo
que hacemos y lo que dejamos hacer. En resumen cultura es lo que somos aquí.
Hay varias razones
que nos cuestionan el establecer la meta de cero accidentes:
Contiene variables que se escapan a nuestro control: Una de las premisas que debería
cumplir cualquier objetivo planteado debería ser que los resultados obtenidos
dependan directamente de las acciones que nosotros tomamos con el fin de
alcanzarlo. Si no es así, y entran en juego otras variables sobre las que no
puedo influir, no sé si realmente estoy actuando correctamente puesto que el
objetivo se alcanzará o no independientemente de lo que yo haga. Eso sucede con
los accidentes donde la lesión es fortuita. Estaríamos dependiendo de la suerte
y premiando a los suertudos.
Significa actuar sobre el resultado no sobre el origen: Nuestro propósito es detectar, evitar
riesgos y combatir el foco que los provoca. Al monitorear solo los accidentes
incapacitantes ocurridos estamos revisando el resultado. Recuerdo una frase que
se repite mucho en el mundo del deporte, en este caso adaptada al futbol: “El
objetivo no es meter goles. Los goles serán el resultado del trabajo bien
hecho, del trabajo en equipo”, un efecto colateral.
Es un objetivo en negativo: El objetivo debe enfocarse en lo que se quiere, no en lo que NO se
quiere. Si planteo como objetivo CERO ACCIDENTES estoy utilizando un eufemismo para
poner en positivo una frase que es negativa en su naturaleza, que traducido
sería algo así como “Objetivo NO tener accidentes”
Nos guste o no nos guste, tolerancia cero es intolerancia, y tener cero
accidentes es no tener accidentes.
Alcanzar CERO ACCIDENTES como objetivo no significa la eliminación de los
riesgos: El hecho de tener
un CERO ACCIDENTES en un papel ¿significa que he conseguido eliminar los
riesgos derivados del trabajo? Puede que sí, puede que no. No lo sabemos. Quizá
aún existan infinidad de riesgos, pero por alguna razón no se han materializado
en un resultado concreto.
La frase CERO ACCIDENTES no tiene sentido en nuestra cabeza: Un ejemplo para ilustrar este punto, A
un niño que viene del parque con las rodillas llenas de heridas después de
haberse caído: “Mañana cuando vayas al parque quiero que tengas CERO caídas”. ¿Esto
tiene sentido? ¿Es fácil de comprender? ¿Es sencillo saber que decisiones hay
que tomar para cumplirla?
En vez de plantear un objetivo CERO ACCIDENTES que resulta poco conciso,
gigante y prácticamente imposible de acotar en el tiempo, podríamos plantear
objetivos más pequeños y específicos, medibles, limitados en el tiempo y con
una línea de trabajo clara: proteger al trabajador de los riesgos derivados del
trabajo, además en positivo.
Nos surge una pregunta: ¿Si cero accidentes no es una meta, entonces cual
es la meta que utilizan las empresas clase mundial?
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