martes, 12 de febrero de 2019

Estilo de liderazgo que fomenta la cultura contributiva-interdependiente

Esta vez les comparto un interesante articulo de "SmartBrief on Leadership"sobre el tipo de liderazgo que fomenta la cultura contributiva-interdependiente:
https://www.institutionalinvestor.com/article/b1d16pdzbc52ly/Why-Your-Superstar-Manager-May-Be-Toxic

Recientemente, mi jefe T.J. Carlson fue nombrado Director de Inversiones del Año por Institutional Investor, un premio votado por otros asignadores.

Su discurso de agradecimiento fue breve y dulce, como es lógico. T.J. no es uno de los pontificados verbos, pero lo que él tiene que decir siempre vale la pena escucharlo. Y tampoco es de sorprender, lo primero que mencionó fue su equipo. Dijo que ninguno de sus éxitos habría sido posible sin ellos.

Después de haber trabajado para él durante casi una década, he aprendido la sabiduría en esas palabras. La inversión institucional es, de hecho, un deporte de equipo.

El desafío de invertir decenas de miles de millones de dólares en activos confiados a una institución para el beneficio final de los constituyentes individuales subyacentes (es decir, personas reales) lo exige. Se requieren los esfuerzos colectivos de un equipo de profesionales experimentados y que trabajan arduamente para obtener, evaluar, suscribir, ejecutar y arriesgar de manera efectiva esas enormes carteras, especialmente cuando esas carteras se diversifican globalmente en prácticamente todas las clases de activos invertibles, incluidas las alternativas. Todos tenemos nuestros trabajos que hacer.

Identificar, atraer y retener a los jugadores del equipo orientados hacia el rendimiento responsables entre sí es crítico, y en una industria con una larga trayectoria en culturas de estrellas de rock y con frecuencia dominada por enormes egos, también es más fácil decirlo que hacerlo.

En mi experiencia, algunos de los equipos con menos rendimiento han sido aquellos que se construyeron alrededor de una colección de estrellas talentosas con poca consideración por la dinámica del equipo. Es obvio en los deportes, donde las organizaciones con bajo rendimiento luchan por administrar agendas personales atribuibles a las primas donnas que exigen la pelota o los llamados cánceres de vestuario que arrojan a sus compañeros de equipo debajo del autobús. Tales conflictos eventualmente aparecen en los resultados en el campo.

Por otro lado, los equipos de alto funcionamiento colocan a las personas correctas en las posiciones correctas para hacer las jugadas correctas, y todas tiran en la misma dirección. En esos equipos, las estrellas son las primeras en responsabilizarse de todo lo que salió mal y dar a sus compañeros todo el crédito por las grandes jugadas.

Si desea que una cultura de colaboración funcione, debe ser parte de la estructura misma de la organización. Debe impulsar constantemente la responsabilidad y el empoderamiento de su equipo, mantener transparentes las medidas de rendimiento y asegurarse de que esos incentivos estén alineados con su inversión y con los objetivos de la organización.

Ben Carlson detalla algunas de las características importantes que distinguen a los equipos de inversión efectivos de los menos efectivos en su libro Organizational Alpha de 2017. Estos incluyen esfuerzo colectivo, respeto personal y profesional, integridad, un enfoque en el resultado del cliente y una cultura de responsabilidad.

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