El NSC se une este año a la campaña nacional para alertar sobre el peligro de los opiodes recetados para combatir el dolor crónico y la gripe. Han ocasionado el año pasado 27.000 muertes en los Estados Unidos.
ver :
https://lnkd.in/eFU7HWX
Los opioides son como los opiáceos, tales como la morfina y la codeína, pero no se elaboran con opio. Los opioides se unen con los receptores de opioides del sistema nervioso central. En este país el aumento de su uso ha derivado en un gran incremento de efectos adversos por varios motivos: errores de sobredosificación confusiones en la potencia en el momento de cambiar de opioides, prescripción incorrecta de múltiples opioides o de varios opioides en diferentes formulaciones y/o vías de administración (por ejemplo, oral, parenteral y transdérmica), por no considerar las interacciones con otros medicamentos (sobre todo con benzodiacepinas), por uso inadecuado en pacientes de riesgo (por ejemplo, pacientes con riesgo de depresión respiratoria o pacientes de edad avanzada), y por conductas de uso abusivo de estos fármacos.
El abuso, la adicción y las sobredosis de opioides son graves
problemas de salud pública en los Estados Unidos. Otro problema es que más
mujeres abusan de los opioides durante el embarazo. Esto
puede conducir a bebés adictos y que presentan síntomas de abstinencia
conocidos como síndrome de abstinencia neonatal.
A veces, el abuso de opioides
también puede conducir al consumo de heroína, ya que algunas personas cambian
los opiáceos recetados por la heroína.
Para prevenir problemas con los opioides recetados, asegúrese de seguir las instrucciones de su médico al tomarlos. No comparta sus medicamentos con nadie más. Comuníquese con su médico si tiene alguna preocupación acerca de tomar los medicamentos
Todo esto ha causado en EEUU una situación de alarma sanitaria en relación con el uso de los opioides, lo que ha derivado en campañas institucionales sanitarias para disminuir este problema, como la inclusión de nuevas guías para la prescripción de opioides en pacientes con dolor crónico, lo que ha motivado iniciativas similares en países anglosajones.
¿En algún país de América Latina existe esta preocupación?
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